Las adolescentes presentan las tasas más altas de infección por el virus del papiloma humano, lo que se atribuye a la combinación de conductas sexuales de riesgo con la susceptibilidad biológica. La mayor parte de las infecciones y las anomlías citológicas asociadas son transitorias, de modo que tanto la infección como las lesiones desaparecen de manera espontánea. Este hallazgo ha impulsado nuevos enfoques terapéuticos, como la observación de las adolescentes con anomalías citológicas.