Incluye referencias bibliográficas

El secuestro. Archivos ocultos. El destape. La foto de Escobar. El precio de la extradición. La reunión en el Marriot. La firma del tratado. El país, en otra onda. El Kremlin. Alianzas alucinantes. La carta “Pastrana”. El infierno de Viáfara. La Ley de “El Mexicano”. La verdad que faltaba. Violencia importada. Las armas de Antigua. Las vidas de Maza. Con licencia para matar. La hora cero. ¡Ni un paso atrás! Low y el castigo de Washington. Un tiro por la culata. ¡Seguimos adelante! Paranoia. El terrorista Aponte. El último corrido. Un hombre llamado Barreta. El robo de Pacho. La militarización de la guerra. Sicarios. Un peregrinaje. Los magníficos de Medellín. Carrera contra la muerte. La caída de los jefes paramilitares. El nuevo país. Líderes en la mira. El cuarto candidato asesinado. Habrá futuro. La rendición. La guerra personal. La negociación. La operación entrega.

Los muros de la historia colombiana están indeleblemente manchados con la sangre de una agobiante violencia fratricida. En este siglo, por lo menos 500 mil colombianos han muerto a manos de sus propios compatriotas. Y cuando todavía no se asimilan las consecuencias de los fatídicos choques entre liberales y conservadores en los años cuarenta y cincuenta, ya hay otros acosantes episodios de barbarie: las narcoguerras de finales de los años ochenta, alimentadas por el veneno ideológico y la voracidad del dinero fácil. Crónicas que matan, de la galardonada periodista colombiana María Jimena Duzán, es un testimonio desde el centro huracanado de estos odios. Con el corazón en la mano, el lector recorre los campamentos guerrilleros del M-19 y los escombros del atentado de que ella misma fue víctima; conoce las razones del exterminio de la Unión Patriótica y el desangre del Magdalena Medio (la más rica región colombiana); Asiste, como enmudecido testigo, a las ruinas del DAS y de El Espectador; comparte el dolor producido por el secuestro y asesinato de políticos y periodistas, y acompaña a la autora en el momento difícil del asesinato de su propia hermana. Con este documento, María Jimena Duzán se adelanta a la historia para que -en beneficio de la conciencia colectiva- nadie olvide.