La ampliación del uso de las imágenes abdominales para la valoración clínica ha tenido como consecuencia un reconocimiento incrementado de las lesiones hepáticas. De manera típica, las lesiones hepáticas benignas superan en número a sus contrapartes malignas en una proporción de 2:1. Los progresos de las imágenes radiográficas y la biopsia central apropiada has disminuido la necesidad de la intervención quirúrgica; sin embargo, siguen siendo indicaciones para operar los aspectos como sintomatología del paciente, evolución natural de la enfermedad e incertidumbre diagnóstica. Los progresos recientes en la cirugía hepática laparoscópica entrañan aplicaciones futuras potenciales para el diagnóstico y el tratamiento de los tumores hepáticos benignos.