Como ser salvaje / Fredy Javier Ordoñez

Caminar.

Una vida sin principios.

Emprendiendo un viaje con su hermano dos años mayor que él, emprendieron un viaje por los ríos Concord y Merrimack que duraría quince días y que a la postre cobraría las dimensiones de un viaje iniciático para el escritor. Por un lado, durante este viaje Thoreau tomaría notas de las que germinaría el primer libro que publicó. Suma de sus epifanías a raíz de su contacto con la naturaleza, está “Caminar” en un lugar significativo. Cabe aclarar que su interés por lo natural no está ligado a la visión de una naturaleza idílica ni tampoco a su versión doméstica; no son los jardines ni las trochas principales donde encuentra inspiración; es en la naturaleza salvaje, la impredecible, la aún no sometida a los designios del hombre y a la que no llegan los rumores de la política. Otra de las preocupaciones capitales de la obra de Thoreau es la posición que el hombre debería adoptar frente a la sociedad, cómo vivir y según qué creencias obrar. ”Una vida sin principios” sobrevuela esta pregunta y, mucho antes de esta época delirantemente industriosa, atina a preguntarse, y sobre todo a preguntarnos, si el trabajo que hacemos tiene sentido, y si tiene sentido la imagen de productividad imparable que tanto nos preocupamos por cultivar; entonces no duda en observar cáusticamente. Aunque tanto “Caminar” -que se desprendió de “The Wild” (“Lo salvaje”), una conferencia que dio en 1851 - y “Una vida sin principios” -que tuvo su origen en una charla de 1854-se enviaron para su publicación en febrero de 1862, tres meses antes de su muerte. Alcanzamos a inquietarnos por el voraz aprovechamiento con el que nos acercamos a la naturaleza, y además ideamos maneras de vivir en ella consciente y no intrusivamente. Y asimismo, junto con Thoreau, nos planteamos cómo es justo que vivamos en la sociedad, cómo vivir en el aquí y el ahora y cómo ser salvaje, es decir, cómo actuar sin perder eso primigenio, inmoderado y vital que hay en nosotros (por eso en “Caminar” exhortaba vigorosamente al lector: “Sobre todas las cosas no podemos permitirnos no vivir el presente”).

La edición que se usó de referencia fue Thoreau. Essays, editada por Jeffrey S. Cramer.