El mercado de productos farmacéuticos depende en gran medida de lo que prescriban los médicos. En ese contexto, no sorprende que la mayor parte del presupuesto de mercadeo de la industria esté dirigida, de muy diferentes maneras, al gremio médico. Son muy variadas las formas como los productores de medicamentos pueden incidir sobre la prescripción, unas de las más éticas que otras. La propia industria farmacéutica, consciente de la mala imagen que esto genera y de los escándalos que han surgido al respecto, ha promovido la autorregulación y ha establecido una serie de normas que limitan su interacción con los médicos, pautas que no necesariamente todos los laboratorios cumplen, y que cambian de país a país, se podría decir incluso que de región a región.