TY - BOOK AU - Leubro,María AU - Mejía,Andrea AU - Muñoz Toro,Juliana AU - Salgado,Andrea AU - Sanín Paz,Carolina AU - Tono,Lina AU - Villegas Botero,Adriana AU - Ordóñez,Fredy ED - Alcaldía Mayor de Bogotá. ED - Cámara Colombiana del Libro TI - Bogotá contada 8 T2 - Libro al viento. Colección capital SN - 9789585595965 AV - PQ-8176- B675b PY - 2022/// CY - Bogotá PB - Instituto Distrital de las Artes - IDARTES KW - COSTUMBRES POPULARES KW - ESTRUCTURA SOCIAL KW - Tesauro Digital Complutense (TDC) KW - LITERATURA POPULAR KW - PERCEPCION INTERPERSONAL KW - REALISMO (LITERATURA) KW - PROBLEMAS SOCIALES KW - BOGOTA KW - VIDA URBANA N1 - Como digo una cosa, digo la otra; por María Leubro; El cielo y el corazón; por Andrea Mejía; Afuera solo quedan los gigantes; por Juliana Muñoz Toro; Bolero del cuerpo y la razón; por Andrea Salgado; El museo de la policía; por Carolina Sanín; No había pan árabe; por Lina Tono; STB: proyecto teletransportación; por Adriana Villegas Botero N2 - Basta hojear un poco esta octava versión de Bogotá contada, para darse cuenta de que es un libro distinto a todos los demás de esta serie capital. Más allá de lo obvio -cada libro es único, cada lector es distinto y cada una de sus experiencias modela su lectura y cambia su mirada-, es la primera compilación hecha por autores que no están de paso, y, al contrario, tienen un vínculo estrecho con Bogotá. También es un libro especial porque se refiere a una Bogotá distinta por causas de fuerza mayor, pues como no pasaba desde hace un siglo, está ciudad -y las demás aglomeraciones humanas del mundo- ha debido sostenerse pese a la recomendación, o la orden, de mantenerse dentro de casa y reducir los contactos del mundo exterior al mínimo; por lo tanto, los relatos y crónicas a continuación se escribieron sobre una urbe contrahecha y por inventar, vista sobre todo desde la ventana, recorrida en paseos fugaces y eficaces; hablan de una ciudad debilitada por la absurda amenaza que significan los encuentros más queridos. Sin embargo, la vida sigue, se abre paso incontenible, y es necesario ejercitarse, ir al banco, combatir la melancolía dominical y, entre una cosa y otra, dar forma a los recuerdos que conservamos de los lugares que nos vieron crecer, aprender a leer y, de paso y felizmente perdernos. Quedan entonces estos textos como una guía de viaje mínima por esta nueva Bogotá, o como registro de la misma alborotada -no importa que esté en cuarentena- urbe de siempre ER -