Más de un millón de hombres, mujeres y niños de todo el mundo mueren cada año de tuberculosis, y un tercio de la población alberga una infección latente. Un número creciente de estudios sugiere que el microorganismo de la tuberculosis estaría evolucionando y convirtiéndose en otro mucho más mortal, que se propaga con mayor rapidez y tiende a volverse resistente al tratamiento con antibióticos. Los diseñadores de los nuevos tratamientos deben tener en cuenta estos hallazgos si no quieren empeorar las cosas. Modificar el entorno del huésped con una mejora de las viviendas también podría ser clave.