Siendo el objeto de la medicina toda la persona, se concuerda con quienes proponen reenfocar la formación de los futuros médicos y hacerlo desde la óptica de las humanidades, para reivindicar la medicina como disciplina científico-humanista, teniendo en cuenta tres aspectos: ético, habilidad comunicacional y humanidad; esta última concebida como: sensibilidad, compasión por las desgracias de nuestros semejantes.